Andalucía | Paisajes Protegidos - Turtech Travel
Lectura | 1297 palabras | 28 de Febrero de 2024 a las 11:02

Paisajes Protegidos


Los Paisajes protegidos son aquellos lugares concretos del medio natural que, por sus valores estéticos y culturales, son merecedores de una protección especial.

La declaración de un espacio como Paisaje Protegido se hace por Decreto del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía.


En la actualidad, bajo esta figura de proteccion se encuentran dos espacios: el Corredor Verde del Guadiamar y el Río Tinto.



Corredor Verde del Guadiamar


El Corredor Verde del Río Guadiamar es hoy una fuente rebosante de vida, el río de príncipes, como lo llamaran los musulmanes: Wadi-Amar, el último gran afluente del Guadalquivir antes de su desembocadura.


Nace cerca del municipio del Castillo de las Guardas, en Sierra Morena, entre encinas, dehesas y monte mediterráneo. Al poco, discurre por la cornisa del Aljarafe, entre tierras de cereal y olivo hasta adentrarse en las arenas y pinares de Doñana. Más abajo, en las inmediaciones del municipio de Aznalcázar, el bosque galería cobra gran fuerza alternando con marismas y cultivos de arroz. Finalmente, encauzado entre muros, abraza al Guadalquivir envuelto por una gran variedad y riqueza de flora y fauna.


En todo su trayecto hay presencia de una gran diversidad de aves, entre las que destacan el milano negro y el aguilucho cenizo. Esta diversidad es muy patente en las Reservas Naturales Concertadas de Dehesa de Abajo o La Cañada de los Pájaros.


En sus más de 70 kilómetros, el carril cicloturístico del Guadiamar, también apto para pie o caballo, muestra las diferencias y la diversidad de los tramos medio y bajo del río. En su tramo medio, el río pasea por la campiña del Aljarafe, por pueblos como Gerena y Huévar, donde aún se conservan un interesante patrimonio monumental, como termas y canteras romanas o iglesias medievales.


En Aznalcázar está situado el Centro de Visitantes Guadiamar. Este espacio constituye el punto de partida básico para visitar el Corredor Verde y sus proximidades. La vegetación de estos paisajes también puede contemplarse de forma más cómoda, en el cercano Jardín Botánico de Buitrago.



Fauna y flora


El Corredor Verde del Río Guadiamar es hoy una fuente rebosante de vida, el río de príncipes, como lo llamaran los musulmanes: Wadi-Amar, el último gran afluente del Guadalquivir antes de su desembocadura. Nace cerca del municipio del Castillo de las Guardas, en Sierra Morena, entre encinas, dehesas y monte mediterráneo. Al poco, discurre por la cornisa del Aljarafe, entre tierras de cereal y olivo hasta adentrarse en las arenas y pinares de Doñana. Más abajo, en las inmediaciones del municipio de Aznalcázar, el bosque galería cobra gran fuerza alternando con marismas y cultivos de arroz. Finalmente, encauzado entre muros, abraza al Guadalquivir envuelto por una gran variedad y riqueza de flora y fauna. En las proximidades de la población de Aznalcázar y a escasos metros de la orilla del Guadiamar se encuentra el Centro de Visitantes Guadiamar, gestionado por GUADIAMAREDUCA.








Río Tinto


El Paisaje Protegido Río Tinto, que abarca los tramos alto y medio del río, es único en el mundo, tanto por su belleza cromática como por sus excepcionales condiciones ambientales e históricas. Alrededor del curso alto se sitúa el mayor yacimiento minero a cielo abierto de Europa, que ya fuera explotado por tartesios y romanos.


Toda esta larga actividad ha originado un peculiar paisaje, propio de otro mundo. El nombre del río proviene de su color rojizo, que pasa a ocre en las orillas. Estas tonalidades, desde los albores de la historia, se deben al alto contenido en sales ferruginosas y sulfato férrico que, junto a la escasez de oxígeno, otorgan un pH muy ácido. En las orillas se presentan estructuras características, resultado del enfriamiento de la escoria y los residuos mineros.


En la escasa vegetación de ribera de las márgenes del cauce, dada la acusada acidez del medio, destaca el llamado brezo de las minas. Es una especie amenazada en peligro de extinción, endémica de Huelva, que acoge y da sustento a una necesaria comunidad animal.


Aunque pueda parecer que en tales condiciones no sea posible la vida, estas aguas acogen una gran diversidad de microorganismos, adaptados a hábitats extremos -muchos de ellos aún sin catalogar- que se alimentan solo de minerales. Tanto es así, que el lugar es estudiado por la agencia espacial norteamericana NASA para conocer estas formas de vida, debido a la probable similitud entre sus condiciones ambientales y las que podrían darse en el planeta Marte. También, en las cavidades y canales de los enclaves mineros, anidan distintas variedades de murciélagos.


Pero lo que más sorprenderá al visitante, son la cantidad de infraestructuras y elementos dispersos asociados a la minería y que cuentan una historia dura pero muy importante del desarrollo histórico, económico y social de la comarca. La corta Peña del Hierro, perteneciente al espacio protegido, destaca por su profundidad y por el lago multicolor que se crea en su fondo. En este sentido, es muy interesante la visita al Museo Minero y al resto de equipamientos vinculados a esta oferta turística cultural: Casa 21, Ferrocarril Minero, etc.








Ver contenido completo: