La contemplación de la fauna, una forma de concientizar al viajero
Fauna protegida: destinos de Argentina que se posicionan a través de la conservación
El turismo de naturaleza a nivel global ya crece a un ritmo de 10-12% anual, lo cual supone una gran oportunidad para la industria del turismo y la conservación de áreas naturales. La variedad de ecosistemas que posee Argentina significan un gran potencial que está comenzando a desarrollarse en algunos destinos, y posicionándose cada vez más en otros.
En este artículo haremos mención a 3 destinos en los que la fauna protegida se convierte en el motor de desarrollo turístico y que, gracias a este, logra generar sustentos para la conservación de especies.
Hablaremos de casos del Litoral Argentino (Esteros del Iberá y Parque Nacional Impenetrable), del Parque Nacional Patagonia en la provincia de Santa Cruz, y de Península Valdés en la provincia de Chubut.
En dos de estos ejemplos, el desarrollo turístico ha sido posibles gracias al trabajo de conservación en conjunto entre el sector público y la Fundación Rewilding Argentina, una de las entidades que más fuerte están pisando respecto a esta nueva metodología en torno a la restauración de ecosistemas e iniciativas que propicien la convivencia del entorno junto con el desarrollo de comunidades locales.
El Ministerio de Turismo de Argentina promociona esta modalidad de viaje como “Encuentro con animales” a través del programa Argentina Natural, destacando los destinos que analizaremos entre una oferta de alrededor de 10 opciones a lo largo y ancho del país.
Desde Intriper trabajamos junto a Fundación Rewilding y diferentes destinos que promueven el turismo de naturaleza, en acciones de promoción y concientización que permitan acercar esta modalidad de viaje a potenciales visitantes.
Litoral: Chaco y Esteros
Proyecto Iberá
En el Parque Iberá -situado en la provincia de Corrientes-, el gobierno provincial, la Administración de Parques Nacionales y la Fundación Rewilding Argentina llevan adelante el programa de reintroducción multiespecie más ambicioso de Sudamérica.
El yaguareté, el felino más grande del continente americano, está regresando al Iberá a través de un proyecto de rewilding. El puma, el segundo en tamaño, está volviendo poco a poco por sus propios medios. También lo está haciendo, el ocelote, el tercer felino más grande del continente americano y uno de los más bellos: según relevamiento de expertos, en los últimos 150 años perdió gran parte de su área de distribución debido principalmente a la caza.
El oso hormiguero gigante, el venado de las pampas y el guacamayo rojo son también algunas de las especies que están impulsando un nuevo modelo de desarrollo económico basado en el turismo de observación de fauna.
Proyecto El Impenetrable
Rewilding Argentina, junto a otras organizaciones y activistas ambientalistas, impulsó en el año 2011 la creación de un parque nacional en la fracción chaqueña ocupada por la estancia La Fidelidad, una vasta extensión de bosque atravesada por los ríos Teuco y Teuquito (o conocido también como Bermejito).
En 2014 se creó el Parque Nacional El Impenetrable, de una extensión aproximada de 128.000 hectáreas y situado en medio de la gran región de bosque nativo bautizada como Impenetrable o El Impenetrable.
Junto a guardaparques provinciales y nacionales, Rewilding Argentina interviene para asegurar el cumplimiento de las leyes ambientales; se ha aliado con ONGs e investigadores para aumentar el conocimiento científico de la vida silvestre; y ha acordado con el Gobierno de la provincia de Chaco para incrementar la promoción del turismo de naturaleza en la región.
Parque Patagonia
Este lugar es definido como el corazón de una nueva ruta de Parques de la Patagonia y el mayor proyecto de conservación entre Chile y Argentina.
Ubicado en noroeste de la provincia de Santa Cruz, el Parque Patagonia es un circuito que propone una experiencia única en cuanto a lo que respecta a turismo binacional ya que comparte atractivos naturales con la región chilena que se encuentra al otro lado de la Cordillera de los Andes.
En el año 2012, Rewilding Argentina adquirió el establecimiento El Sauco, con el objetivo de proteger intensamente uno de los sitios más importantes de nidificación del macá tobiano. En 2013, la provincia de Santa Cruz cedió jurisdicción y dominio de tierras a favor del Estado Nacional con el objetivo de crear un parque nacional, y en 2014 se sancionó la Ley Nacional Nº 27.081 que crea el Parque Nacional Patagonia.
El Parque conecta 3 portales de acceso público con cuatro comunidades vecinas y la ruta escénica 41. Ocupa espectaculares paisajes de estepa, altas mesetas basálticas, grandes lagos, conos volcánicos y valles glaciares que invitan al viajero a explorar cada rincón de manera detenida. Por ejemplo, este destino ha sabido posicionarse como uno de los destinos por excelencia para los amantes y buscadores de safaris fotográficos en Argentina.
Se trata de uno de los parques menos explorados de Argentina debido a que ha sido uno de los últimos en ser creado. Con una razón de ser precisa y vinculada a la protección de una especie nativa de la zona, el Parque Patagonia ha sido, en este sentido, el lugar por excelencia para poner en marcha el rewilding. Hoy en día, los esfuerzos están destinados a recuperar las especies en peligro de extinción que habitan el suroeste de la provincia de Santa Cruz como el puma, el guanaco, el choique y el cóndor andino, y lograr la reinserción de aquellos ejemplares que ya se han extinguido como el huemul y el huillín.
Desde Fundación Rewilding Argentina describen a este entorno como un “working progress”, aunque ya sea posible la puesta en valor de los lugares involucrados junto con la experiencia de actividades como senderismo, avistajes de fauna, safaris fotográficos, entre otras.
Chubut: la fauna como motor del desarrollo turístico
Península Valdés es el principal Área Natural Protegida de la provincia de Chubut. Esta reserva natural permite apreciar distintos puntos turísticos que convocan a los visitantes a partir del avistaje de especies en su hábitat natural: ballenas, lobos y elefantes marinos, pingüinos, guanacos, infinidad de especies de aves, delfines, y una de las especies que más asombro genera: las orcas.
Definitivamente poder observar orcas es una experiencia única, más en esta zona donde los grupos de cetáceos realizan caza con técnica de varamiento sobre playa a fines de poder atrapar crías de lobos y elefantes marinos.
Ver este espectáculo de la naturaleza requiere de planificación del viaje, paciencia y algo de suerte. Los lugares ideales para el avistamiento son Caleta Valdés, y Punta Norte, razón principal por la cual se recomienda hospedarse en un hotel en Puerto Pirámides y desde allí realizar el tramo de una hora y media hasta el punto de observación (hay que manejar con cuidado ya que los caminos no están asfaltados y hay animales sueltos siendo que toda la zona es una reserva natural protegida).
Todos los años, de marzo a mayo y en octubre y noviembre, Península Valdés es el escenario de una de las conductas predatorias más espectaculares de la vida salvaje en el planeta: el “varamiento intencional” de orcas para cazar crías de lobos o de elefantes marinos, impulsando sus cuerpos fuera del agua cuando se registra marea alta.
Desde un mirador, esta exhibición de audacia de las orcas no deja a nadie indiferente. Es una técnica única en el mundo, observada por primera vez en 1974 y desarrollada por ellas en Península Valdés. Con el tiempo, logró convertirse en un comportamiento que fue pasando de generación en generación: las orcas se agrupan en familias bajo un matriarcado y los jóvenes reciben una prolongada instrucción hasta que empiezan a practicarlo, a la espera de cachorros con poca experiencia en el mar.
En estos tres casos desarrollados podemos ver cómo el turismo basado en naturaleza se pronuncia como un incentivo económico indirecto para la conservación biológica y un consecuente reconocimiento a la importancia de esta actividad orientada a evitar, minimizar, mitigar y resolver problemas relativos a la pérdida de la biodiversidad, incluyendo los aspectos biológicos, sociales y económicos.
De todos los segmentos identificables en el sector productivo correspondiente, las visitas dirigidas a la observación de vida silvestre en su estado natural constituyen aquel que más directamente articula un incentivo económico con la conservación biológica. Muchos destinos han sabido posicionarse a partir del desarrollo de esta modalidad de observación de fauna silvestre: África (Tanzania, Ruanda, Sudáfrica, Kenya), India, China, Brasil, Chile; y Argentina se encuentra en un gran momento para aprovechar, por un lado, el deseo de los viajeros en realizar este tipo de actividades y, por el otro, en el impulso que las ONG y sector público de algunos territorios dan a la conservación.
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