El Aeropuerto de Mañana
Muchos aeropuertos todavía permanecen cerrados o con escasez de rutas comerciales desde mediados de marzo a raíz de la pandemia. De esta prohibición de volar quedaron exentas las “operaciones en estado de emergencia”, como los vuelos humanitarios de repatriación, los vuelos de carga y correo, o aquellos autorizados por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Meses atrás, Peter Cerdá, vicepresidente de de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) para las Americas, advirtió que la industria aeronáutica atravesaba la peor crisis en la historia del sector, y que las aerolíneas latinoamericanas perderán ingresos estimados en 15 mil millones de dólares en 2020 por el COVID-19.
A nivel regional, Avianca y LATAM Airlines han presentado la solicitud voluntaria de quiebra o están buscando el modo de solventar sus deudas, para protegerse ante los acreedores en vez de cerrar la compañía. En el resto del mundo, sucedió algo similar con South African Airways, Thai, Air Mauritius y Eurowings (Lufthansa).
Varias aerolíneas latinoamericanas debieron pedir subsidios, fondos de salvataje y ayuda a los gobiernos para poder sobrepasar la crisis que golpea al sector, dado que los vuelos cumplen un papel fundamental a la hora de trasladar material sanitario, medicamentos e insumos médicos a zonas que solo se puede acceder por vía aérea y que se encuentran en estado de emergencia.
La reactivación de los vuelos en ocurrió en dos fases:
Estados Unidos, Brasil, México, Reino Unido, Australia, Ecuador y República Dominicana
Guatemala, El Salvador, Panamá, Perú, Chile, Uruguay
Hay algunos países con operaciones reducidas, dado que tienen alguna condición especial o que registran nuevas cifras de contagios en ascenso, como el caso de España, Canadá, Alemania, Francia y Argentina
Los profesionales estiman que para llegar al mismo tráfico de pasajeros que había en 2019, va a demorar hasta 2024. El doméstico se recuperaría hacia 2022 y el internacional hacia 2024.
Hoy los aeropuertos tienen menor tránsito de pasajeros que a principio del año, algunos hasta parecen casi desérticos. Ya se han implementando los nuevos protocolos sanitarios como el distanciamiento social en todo el aeropuerto, bloqueando asientos contiguos en salas de espera, marcando en el piso las distancias entre pasajeros que hacen fila, la instalación de mamparas transparentes a la hora de hacer check-in, y la colocación de dispensadores de alcohol en gel.
Pero.. ¿Hay algo más que se pueda hacer? Luego del COVID-19, ¿cómo debería replantearse el futuro del aeropuerto?
Para responder esta pregunta, contamos con la colaboración de Dario Fainsod, CEO y Vicepresidente de 4i Digital, una empresa especializada en identificación biométrica. Con la información facilitada por Dario, armamos una infografía que muestra las posibles implementaciones tecnológicas y las medidas que podrían adoptar los aeropuertos, no solo para evitar los contagios sino también para generar mayor confianza en los pasajeros: